“Sheepland es una hermosa isla. Cubierta de frondosos bosques y ondulados campos. Sus habitantes han vivido durante siglos en paz y armonía con la fauna… principalmente ovejas.”
En Sheepland los jugadores toman el papel de pastores que compiten entre sí por el control de las tierras más rentables, guiando a sus ovejas hasta los terrenos de su propiedad y construyendo ovejas para que no se les escapen y se puedan unir a rebaños de otros jugadores.
Además hay una extraña oveja negra que a veces aparece de la nada. Su extraño pelaje negro sin duda producirá un buen dinero para el pastor que logre tenerla en su rebaño.
Los autores Simone Luciani y Daniele Tascini son garantía de éxito. En su curriculum presumen de ser los autores de juegazos como Lorenzo il Magnifico, Newton, Los viajes de Marco Polo, Grand Hotel Austria o Tzolk’in. Siendo precedidos por su fama, en esta ocasión se acercan en la temática a otro gran maestro como es Uwe Rosemberg y tendremos que encargarnos de la gestión de ovejas.
Sobre un tablero que recuerda mucho al del Smallworld y con unos meeples de ovejas que ya nos son muy conocidos, tenemos ante nosotros un juego mixto que se podría denominar “de gestión de recursos familiar”. Es un juego con mecánica de gestión (las ovejas y las vallas) pero muy ligera, por lo que encaja como juego para toda la familia. Sin complicaciones a lo que reglas se refiere, es un juego sólido que funciona incluso para los jugadores más jóvenes.
Quizás es un juego más familiar y por ello es distinto a los que nos tienen habituados los autores italianos. Pero es una buena y agradable forma de iniciarse a gestionar recursos y poder acabar dando el salto a juegos mas complicados.
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