“El rey Manuel I ha encargado a los maestros artesanos de Portugal la construcción y restauración de muchos edificios de gran belleza. Lamentablemente, el rey Manuel I ha fallecido antes de que se iniciara su declaración de amor a la familia real, el Pabellón de verano”
En Azul: Pabellón de Verano, los jugadores tienen la tarea de construir los pisos de la obra maestra sin construir del rey. Usando la misma mecánica de selección que ya vimos en Azul, los jugadores deben seleccionar cuidadosamente los materiales más bellos y evitar el despilfarro de suministros. Solo los mejores podrán hacer frente al desafío de honrar a la familia real portuguesa.
Azul: Pabellón de Verano tiene un suministro estructurado en zonas con cuatro piezas de cinco tipos y tener que escoger todas las piezas de un color de la zona escogida para colocar dichas piezas en un tablero personal (siendo penalizados por las que no se puedan colocar), se le aplica un pequeño giro de tuerca al disponer de un sexto tipo de pieza y unos patrones en forma de estrella.
Es innegable que Michael Kiesling (Heaven & Ale, Tikal, Torres, Abluxxen… ) pese a su dilatada carrera llena de grandes juegos, sorprendió a todos cuando lanzó al mercado Azul allá por 2017. Ese éxito le llevó a diseñar una más que respetable secuela Azul: Vitrales de Sintra. Hoy cerramos una de las más perfectras trilogías de juegos con Azul: Pabellón de Verano.
El juego mantiene por tanto los fundamentos de sus predecesores, desarrollando ideas y llevándolas a un nivel superior, siendo el juego más complejo de los tres. Con otro despliegue visual bestial y una producción envidiable, Michael Kiesling enseña cómo se deben hacer las trilogías: pensando en el diseño y en la calidad antes que intentando hacer caja explotando un producto exitoso.
Nominaciones y premios internacionales:
- Nominado a mejor juego familiar en los Golden Geek Award (2019)
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